viernes, 29 de enero de 2010

¿Quién dice lo que es normal?

Todo, absolutamente todo en esta vida, es subjetivo. Una situación tiene tantos puntos de vista como personas que en ese momento se encuentren analizándola. Solo tienes que saber defenderla de la forma adecuada para que parezca un punto de vista coherente y fácilmente aceptable.
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¿Quién dice que no es normal que esté en plan qué-triste-es-mi-vida viendo una peli sola en casa mientras me hincho a palomitas? ¿Quién dice que lo normal hubiera sido otra cosa después de un año y medio? ¿Quién dice que no me lo merezco? ¿Quién dice que no es correcto? ¿Quién dice que es raro?
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¿Quién?
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¿Quién quiere ver la peli conmigo?
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jueves, 21 de enero de 2010

Rotura.

Qué jodidas son esas situaciones de la vida que te rompen, que te cambian y lo ves.
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No reaccionas, vas dejando que el tiempo pase comprobando como su tan recurrido efecto purificante es solo palabrería.
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Intentando ocupar el tiempo para que no haya especio para pensar, espacio para retorcer tu mente, espacio para hacerte daño, espacio para volverte loca.
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Momentos de lucidez ocasional que te dan esa calma que te levanta durante un rato, que te da espacio para que vuelvas a ser tú, para que te recuperes a ti misma...Pero al final acaba siendo un espacio que te separa del suelo y que hace que después la caída duela más.
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Caída por ver que ya no puedes volver a ser tu misma. Que ese intento de querer recuperarte es la terapia del teatro personal.
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Ahora sigues siendo tú, pero de otra manera.

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De una manera a la que has llegado a ser por una jodida situación de la vida que te ha roto, te ha cambiado y lo has visto.
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lunes, 11 de enero de 2010

Sentimiento negativo.

Creo que no hay sentimiento que más frustración genere que el odio. Odiar a alguien con todas las fuerzas, no una simple antipatía, lo único que provoca es una sensación de amargor interior, amargor que parece crear adicción, porque es muy difícil ser coherente y racional cuando odias de esta manera.
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La solución tampoco la tengo clara. A veces pienso en cortar por lo sano. No puedo enfrentarme al objetivo concreto de mi odio, pues me enfrento al elemento que hizo que pasara de un estado de semi-armonía con el universo, al actual. El tiempo puede ayudar, pero también puede ir en tu contra alimentando esa sensación de la que te gustaría deshacerte pero que como no puedes, lo único que te queda es unirte más a ella, jusitificarla, crearte una dependecia. Si no puedes con el enemigo, únete a él.
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Lo peor de todo es que al final ese amargor se exterioriza y acabas implicando a gente que no tiene culpa de nada más que de aguantarte cuando te pones estúpida.
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Odio visceral que ahora mismo solo tiene la explicación en la propia existencia del motivo. Ese motivo, lo que implica, sus características... Mi odio ha generalizado todo y ahora no tan solo odio a ese motivo, sino a todo lo que se parece o me recuerda a él.
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Y son demasiadas cosas.
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Solo me queda darle la espalda al odio y mientras me tapo los oídos para no escucharle, desear que el tiempo, retarle a que me demuestre que realmente lo cura todo.
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