Carpe diem quam minimun credula postero o también, aprovecha el día, no confíes en mañana.
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Lo dicho, y una mierda.
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Cuando estás preocupado por las consecuencias de algo, por no saber si atreverte o no, si tirarte a la piscina o seguir tomando el sol, no habrá ni una persona que no te diga: "Oye, mira, pues aprovecha el momento mujer, que la vida son dos días...". Sin embargo, ocurre todo lo contrario si eres un cabeza loca y todo lo haces cuando te apetece, sin miedos: "¡Si es que no piensa en el futuro! Así va mal..."
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En fin, no pretendo descubrir América al decir que la vida está llena de contradicciones e hipocresias y que obviamente los comentarios de antes dependerán de la situación ante la que nos encontremos. A pesar de todo, es muy difícil ser fiel a una sola filosofia: si piensas en todas las consecuencias de tus actos, no conseguirás más que ser un amargado que no disfruta de las pequeñas oportunidades que se le presentan, sean éstas cuales sean. Por el contrario, si eres un fan incondicional del "carpe diem", lo más seguro es que acabes teniendo problemas...
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Sabiendo que son dos argumentos que dependen de tantos factores, el problema es que no tenemos claro cuando uno u otro nos va a beneficiar más y a veces nos preocupamos demasiado por cosas, que en el fondo, sabemos que nos van a hacer felices. ¿Entonces qué pasa? ¿El miedo a que esa felicidad se acabe genera que nuestro cerebro empiece a dar vueltas a pensamientos negativos, la mayoría de las veces forzados, para así autoconvencernos de que no hagamos esa cosa en concreto? ¡Jodido cerebro!
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Además, cuando te intentas revelar ante esos pensamientos negativos, que no paran de decirte que no hagas eso que tantas ganas tienes de hacer porque después se acabará y ese fin te provocará tristeza e insatisfacción, hay por ahí una pequeña voz llamada Sra. Concienca, que te impide disfrutar de aquello a lo que te has lanzado de cabeza, haciéndote sentir peor durante y después.
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Mi conclusión es que el "carpe diem" no existe. Si es cierto que es una afirmación que nos anima a pensar que alguna vez podríamos actuar sin ser tan esquemáticos en nuestros actos, posibles consecuencias, calculadores...Pero que en cualquier caso, es algo bastante improbable. Aun así, seguimos forzándonos a disfrutar el momento sin pensar en el futuro, frustrándonos al ver que no podemos y que nuestro cerebro no para de funcionar por mucho "carpe diem" que le demos y haciendo que retrasemos más el momento de aceptar que no somos tan impulsivos y por tanto retrasando el momento de disfrutar realmente de lo que hacemos.
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Naru, filisofas-filosofus.
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