martes, 9 de diciembre de 2008

Como quedar bien ante la gente y no morir en el intento.

La parada de bus de las mañanas está llena de historias y la de hoy se merece un comentario.
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Salvo que se tenga una autoestima importante, a nadie le gusta quedar mal frente a los demás. Mucho menos si eres madre y tu hija está de por medio, como era el caso de hoy, porque ahí ya no entra la autoestima solo, si no también “lo que puedan pensar de mi como madre”.
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El caso es que esta mujer estaba con su hija y de lejos ven venir a un abuelo con su nieta (que viven en mi bloque, siempre bajamos juntos en el ascensor y esperamos al mismo bus para más inri). Las dos niñas van a la misma clase y por lo visto hoy iban a hacer algún tipo de excursión. La niña de la parada ve que la otra viene con una gorra:
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Niña: ¡la gorra mamá! ¡que era obligatoria!
Madre: anda…me la he olvidado…bueno, no pasa nada…
Niña: ¡anda que no!…la profe dijo que la lleváramos…
Madre: bueno, que no te dirá nada hija… me la he olvidado y ahora no voy a volver a casa para coger solo la gorra…
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En ese momento el abuelo saluda a la mujer. La nieta le dice a su amiga que como era que no llevaba gorra si dijeron que se tenía que traer una. Y antes de que la niña dijera nada, la madre contestó mirando al abuelo como intentando hacerle saber que lo que decía era verdad y que si no fuera por el motivo que le iba a dar, le hubiera puesto a su hija no una, sino dos gorras:
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Madre: sí, ya me dijo que teníais que llevar pero mira…para que la acabe perdiendo como siempre pues me he dicho: “hoy no le pongas gorra” y por eso no lleva porque siempre las acaba dejando por ahí y tengo que comprarle otra…
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Es decir, no solo se excusa a sí misma a través de una pretendida preocupación de que su hija siempre “pierde las gorras”, sino que además en el fondo, la culpa de que no lleve gorra es de su hija porque “siempre las pierde”.
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El orgullo es muy malo…
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Otra cosa: desde aquí quiero pedir perdón a todos los seres humanos apellidados “Borrego”. El tener una etiqueta con esta palabra para mis entradas ha sido pura coincidencia y no me había dado cuenta de la relación hasta que Almudena me lo dijo. Quiero que sepas compañera, que mis disculpas son sinceras y que en ningún caso pretendo evitar que me “desinvites” a tu cumpleaños... Quiero que veas lo buena que soy para que así hables bien a tus amigos y amigas de mí y así luego, cuando llegue el sábado y le diga a tu amigo “aaaahh, tu eres el Bernaaaa…” él me diga “aaaahh…y tú eres la Nuriaaaa…”.
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Tal y como lo has descrito en la cafetería, tan amor, me han entrado de abrazarlo…!! xD
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La calle Ferrán, ¿no…? ¿A qué altura...? jejejeje ;-)
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