Cada bus, una historia...

Parada de bus, 8 de la mañana. Llega una abuela con dos niñas, una de ellas alrededor de los 11-12 años. La susodicha se abraza al hierro de la parada y empieza a subir la pierna y a cogerse con fuerza en un intento absurdo de escalarlo. La abuela le dice que pare de hacer el tonto, la niña se cabrea pero continúa. La abuela vuelve a reñirle esta vez diciendo que se va a ensuciar. La niña, erre que erre. La abuela se cabrea del todo y con un grito que a esas horas de la mañana ha molestado en el alma a todos los que estábamos allí, le ha obligado a sentarse. Con resignación la niña se ha dirigido al banco mientras decía: “jo, abuela…déjame que quiero ser como Superman!!!!”

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Conclusión 1: las nuevas generaciones no saben distinguir entre héroes: Superman vuela, niña. Tú te refieres a Spiderman.

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Conclusión 2: las nuevas generaciones suben atontadas del todo. Que ya tenía una edad para hacer y decir esas cosas…¡Pero sobretodo ya tenía una edad para no confundir a superhéroes!
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Conclusión 3: como inicio del día no ha estado mal.

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Me encanta la fauna del bus mañanero.

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